---
layout: default
title: "Cali"
comments: true
---
# Que Viva la 𝙼ú𝚜𝚒𝚌𝚊
Primer día que falté a la lectura de **El Capital**, y no volví. De allí en adelante me persigue esa vergüenza mañanera que intenta que yo borre y niegue todo lo genial que he pasado la noche entera, toda la nueva gente... Bueno, eso era al principio, ya no se conoce nueva gente, no crea, los mismos, las mismas caras, y sólo dos me gustan: uno que es bailarín experto y lleva bigote de macho mexicano y yo le digo: "te hace ver más viejo", y él me contesta, mostrando esos dientes grandes, bellos, sonriendo:
"***¿y para qué ser joven otra vez?*** Como si no se hubiera pasado por hartas para llegar a la edadcita esta. Cuando opino algo de esta vida no me dejo llevar por el gusto. Hablo es según conceptos, ¿ves? Ya mi pensamiento no cambia, pero se entiende: en lo fundamental, porque en lo que es la sal de la vida quién se va a poner a decir nada, entonces cómo se explicaría que yo siga viniendo a verla cada noche pelada".
Porque nunca han dejado de nombrarme pelada. Del otro que me gusta mejor no hablo, es un ratero, un langaruto de ésos que todavía usan camisetica negra.
Que la vergüenza, decía. Y yo me digo y la peleo: *"no tiene razón de ser"*,
**no**.
si he gozado la noche, si la he controlado y ya teniéndola rendida me la ha bebido toda, pero alto: yo no soy como los hombres, que se caen. A lo mucho terminaré toda desgreñada, lo que me ha dado aires de andar sólita en el mundo, por estas calles. Y antes de cerrar los ojos se lo juro que pienso: *"esto es vida"*.
**Y duermo bien**.
Pero viene el día que me dice:
(yo creo que es el sol anormal de estos dos últimos meses):
*"cambia de vida"* {cite:p}`Caicedo.1977`.
## A El Alto
Y ponerse bien altive
meditando en un hotel en Copacabana
una habitación
dos semanas
unas profesoras de matemáticas
Ponerse una quenas
noche de tormenta en Copacabana
Unas buenas flautas
y los cántaros fríos se erectaron en sendas columnas,
haciendo de Copacabana templo predilecto para ofrendar lunas
Así, se elevaron las Morales antiguas,
fortaleciendo coyunturas aguas y montañas
Los templos húmedos llamaron al relámpago,
inyectando la fragancia matutina con murmullos de tangos y cumbia andina
Desde Antofagasta entonces partió el tren en dirección Oyagüe
O ya fue, que el volcán activo indicó el camino a los energúmenos
Memorias de guerras pedidas por Lord Byron, Cochrane y Blake,
de su hastío irracional contra el indio de a pie
**Así entonces flotaron los rieles sobre el paso de Oyagüe**
Direccionando la comitiva litorales hacia las alturas de Uyuni
Trenes transportando materiales puros y matemáticas
aguardando aguardiente en Copacabana
Navegando en las alturas, entre El Alto y Tiwanaku
Buses de piedra,
sentados en el borde de camino
mientras te ungió el índico indio la frente sumisa del *Chilener*
con una porción generosa de *Indiógeno*
Ecuaciones diferenciales y álgebra lineal en Nazca
Altas y largas líneas uniendo puntos distances pero cercanos
en la dimensión cosmogonita de la tonada fundamental de la Llama o la Alpaca
En cuyos horizontes altamente tenaces, converge el Armadillo, el Cuye y la Vizcacha
La fragancia radiante de la Copacabana matutina,
la cómo acababa en los senos regados de amor honesto y puro
en la Copacabana caliente,
la cómo acababa la situación en el amor tránsfugo
esa mañana de alientos indiógenos y bellezas morenas,
de cueros firmes y húmedos
Y los palacios eréctiles se inflamaron de sangre Mapuche
Derramada por pelambre,
desde Antuco a Antofagasta {cite:p}`Vagas.?`.